La brujería de los mellizos Orellana

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Este finde de carnaval se llevó a cabo en Famaillá una nueva edición de sus ya tradicionales corsos ( nacionales, internacionales, intergalaticos e intermoleculares), y como en los desfiles navideños otra vez el público no acompañó en masividad pero los reyes de la comarca se dieron el gusto una vez más.

Durante la transmisión televisada (por canal 8) de los corsos Famaillenses  el conductor le preguntó al mellizo legislador por qué siempre que llueve y hacen un evento la lluvia se detiene como durante esa noche, el legislador  respondió: Dios nos ha abierto el paraguas. (respuesta que fue repetida de guión por su hermano intendente y por la directora de turismo de Famaillá).

Para los que no los conocen los Orellana son dos ya míticos políticos de Tucumán, se hicieron desde abajo, pasaron de jugar desnudos en las verjas  del pequeño caserío famaillense de su infancia y comer gracias a la generosidad de otros vecinos, a ser propietarios de numerosos inmuebles -testaferros mediante- y pesos pesados de la estrategia política de los últimos años.  Fueron claves a la hora de recolectar votos para los triunfos del actual gobernador Alperovich, ahora despechados buscan una ubre mejor en el escote de Sergio Massa. Amados y odiados, alrededor de ellos se han tejido muchas historias.

Crease o no, cada vez que un evento organizado por estos muchachos se realiza, la lluvia o la peor tormenta desaparecen, si un evento empieza a una hora el clima cambia y no vuelve a llover hasta que el evento termina, aveces puede llover por unos instantes pero luego todo desaparece.

Hay quienes creen que esto se debe a algún ritual, una obra de brujos pagados por los mellizos para que sus eventos tengan buena asistencia de público sin que la lluvia sea un obstáculo, otros piensan que es un pacto con el diablo, decires populares.

Los Orellana se muestran católicos y muy creyentes, en su ciudad estos últimos años se han construido muchas representaciones simbólicas de culturas aborígenes, una de las mas grandes da la bienvenida a los forasteros en uno de los accesos de la ciudad donde se representan hombres con plumas custodiados por grandes serpientes.  Ya hace tiempo entre los lugareños se había propagado la leyenda de que por las noches esas serpientes cobraban vida y recorrían el llamado «museo a cielo abierto» montado sobre una avenida. También por entonces una figura demoníaca hacía su aparición a los desprevenidos en el centro famaillense por las noches, los testigos le describían con grandes garras y ojos, un ser monstruoso de color negro, con la habilidad de trepar muros y realizar grandes saltos con mucha habilidad, decían que también se había visto a este extraño ser en el cabildo de Famaillá, una replica del cabildo porteño mandada a construir por los Orellana.

En el pueblo los más viejos creen que todas estas manifestaciones son prueba de que alguien «anda haciendo travesuras», es decir brujería, magia negra, cosa e’ mandinga, creer o reventar.

Compruebenlo ustedes mismos, cuando asistan a un evento de los mellizos Orellana noten como puntualmente el clima cambia…

Dicen que no existen… pero que las hay LAS HAY.

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